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kEFIR

El kéfir es una valiosa fuente de probióticos, beneficiosos para la salud a distintos niveles, y nutrientes con propiedades antioxidantes, inmunomoduladoras y digestivas, entre otras.

El kéfir ha mostrado contribuir a mejorar nuestra salud gracias a sus múltiples propiedades nutricionales.

1. Por el aporte de bacterias y hongos, contribuye a restituir el equilibrio de la microbiota necesario para nuestra salud y nuestro bienestar y nos ayuda en la protección frente a bacterias y hongos potencialmente peligrosos.

2. Por el aporte de sustancias específicas como la biotina y el ácido fólico favorece el buen funcionamiento de nuestro sistema inmune.

Cuando hablamos de kéfir normalmente nos referimos al obtenido de la doble fermentación de la leche de cabra, pero el kéfir se puede hacer también con la leche de otros animales como de vaca u oveja, o incluso con otros ingredientes de base como:

El kéfir de agua se elabora con agua azucarada o con el zumo de alguna fruta pues el azúcar es el sustrato necesario para la fermentación llevada a cabo por las llamadas bolas de kéfir.

El kéfir de coco utiliza como ingrediente principal la leche de coco o el agua de coco.

El kéfir de arroz (elaborado con bebida de arroz) o el de soja (con bebida de soja).

Origen del kéfir

La historia del kéfir se remonta a hace unos miles de años y a la vida de los pastores del Cáucaso y el este de Europa. Parece que el invento del kéfir fue resultado de la temperatura, el movimiento y algún tipo de ingrediente que llevaban en los zurrones de cuero que transformó la leche de cabra contenida en su interior, además de un nuevo alimento, con un sabor distinto y especial, se trataba de un producto con numerosas propiedades beneficiosas para la salud y que se fue propagando a lo largo del espacio y el tiempo entre las distintas tribus generación tras generación.

El kéfir es una valiosa fuente de probióticos, beneficiosos para la salud a distintos niveles, y nutrientes con propiedades antioxidantes, inmunomoduladoras y digestivas, entre otras.

Qué es el kéfir

El kéfir es un derivado lácteo de doble fermentación que se obtiene cuando la leche de cabra, vaca u oveja (u otro de los ingredientes principales, según el tipo de kéfir) se fermenta mediante las “bolas de kéfir” que tienen el aspecto de los ramilletes de la coliflor.

Las bolas de kéfir están formadas por:
– Caseína coagulada.
– Especies de bacterias, entre las que destacan Lactobacilus, Streptococus, Bifidobacterium y Lactococus, productoras de ácido láctico (fermentación láctica).
– Especies de hongos o levaduras, como Kluyveromyces (Candida kefir) y Saccharomyces, productores de alcohol (fermentación alcohólica).

Tras la doble fermentación del ingrediente principal, el kéfir contiene:
– Macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y grasas): en distinta proporción según el ingrediente base con el que se elabore.
– Vitaminas y minerales, como las vitaminas A, D y B12, calcio y potasio.
– Gas carbónico (CO2).
– Acido láctico (0,5 a 0,9 %).
– Alcohol etílico (< 1 %).
– Diversas especies de bacterias y hongos o levaduras.

Propiedades y beneficios del kéfir
El kéfir ha mostrado contribuir a mejorar nuestra salud gracias a sus múltiples propiedades nutricionales:

1. Por el aporte de bacterias y hongos, contribuye a restituir el equilibrio de la microbiota necesario para nuestra salud y nuestro bienestar y nos ayuda en la protección frente a bacterias y hongos potencialmente peligrosos.

2. El kéfir potencia nuestra salud digestiva por distintos motivos:

– Mejora el equilibrio de la flora intestinal.
– En personas que han sufrido una infección que ha requerido tratamiento antibiótico, ayuda en la recuperación de la flora bacteriana.
– Refuerza la función digestiva.
– Mejora algunas enfermedades específicas del aparato digestivo, como el síndrome de intestino irritable o la enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa).

Pero es muy importante saber que la colitis ulcerosa grave y activa es una de las contraindicaciones del consumo de kéfir.

3. El kéfir aporta sustancias específicas que favorecen el buen funcionamiento de nuestro sistema inmune:

– Sustancias que actúan como cofactores del sistema inmune, como la biotina y el ácido fólico.
– Kefiran, un azúcar con propiedades anti-microbianas.
– Colonias de una bacteria en particular, el Lactobacillus kefiri, que ayuda en la defensa frente a infecciones por Salmonella y E. coli.

El reequilibrio de la microbiota, la integridad en el aparato digestivo y el mejor funcionamiento del sistema inmune explican por qué el kéfir contribuye a mejorar cuadros de diversas alergias y de asma, así como problemas cutáneos como la psoriasis, la dermatitis y el acné.

También se han publicado estudios científicos refiriéndose al poder anticancerígeno del kéfir al impedir el crecimiento de las células tumorales.

Parece que el kéfir es uno de los superalimentos que todos deberíamos incluir en la dieta, pero cuidado, hay personas que no deberían tomar kéfir.

Contraindicaciones del kéfir

Existen casos en los que no solo no está recomendado el kéfir, sino que puede ser contraproducente para la salud.

Podemos decir que hay contraindicaciones relativas y contraindicaciones absolutas del kéfir, en el primer grupo se encuentran las personas que pueden tener una mala tolerancia al kéfir y por tanto pueden tomarlo pero con cuidado y en el segundo, las personas que deben evitar completamente el kéfir.

Deben tomar kéfir con cuidado:
– Las personas con intolerancia a la lactosa: dado que en la elaboración del kéfir el contenido en lactosa se reduce considerablemente, las personas con intolerancia a la lactosa pueden consumir kéfir si es leve o moderada, o elegir kéfir elaborado con otros ingredientes distintos de la leche (kéfir de agua, kéfir de coco, etc.).
– Las personas con “estómagos sensibles” pueden notar malestar digestivo, hinchazón o diarrea, aunque esto último depende también del tiempo de fermentación del kéfir, un kéfir con tiempo de fermentación de menos de 24 horas puede tener un efecto laxante, mientras que con un tiempo de más de 24 horas puede ejercer un ligero efecto astringente.

Deben evitar el consumo de kéfir las personas con procesos que pueden hacer que la entrada en el organismo de colonias de bacterias y hongos o levaduras tenga un efecto perjudicial e incluso peligroso para la salud, como:
– Personas con problemas de intestino permeable.
– Personas en tratamiento con imnunosupresores (por trasplantes y enfermedades autoinmunes, como el lupus, la artritis reumatoide o la colitis ulcerosa).

Cómo se toma el kéfir

El kéfir se puede consumir como bebida, preferiblemente en ayunas a modo de desayuno, tentempié o merienda, o como ingrediente de otros platos, por ejemplo utilizando el kéfir para elaborar una crema de verduras, guisos, panes o repostería, se puede tomar en frío o caliente según las preferencias de cada uno.

Aunque pueda servir para ampliar el abanico de posibilidades según tus gustos, recuerda que para aprovechar al máximo sus propiedades es preferible el consumo de kéfir de la forma más natural posible y a temperatura ambiente.

La cantidad recomendada es 1 taza de kéfir al día, y te aconsejo que empieces poco a poco para ir desarrollando tolerancia digestiva si eres de las personas que entran en contacto con el kéfir por primera vez.

Aunque cada vez es más fácil encontrar kéfir en las estanterías de los supermercados, la mejor forma de aprovechar todos sus beneficios es hacerlo en casa, de esta manera, se conservan mejor las colonias de bacterias y hongos responsables de sus propiedades saludables.

Receta de kéfir casero

Hacer kéfir es muy sencillo, solo necesitas: un recipiente de vidrio, el ingrediente base y las bolas de kéfir (que puedes conseguir a través de alguna amistad que ya esté haciendo su propio kéfir en casa, o en tiendas de confianza).

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