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Las funciones de la testosterona en el organismo masculino

La testosterona circulante es esencial para iniciar y mantener los caracteres sexuales
secundarios (fenotipo masculino), para el funcionamiento de las glándulas sexuales accesorias
del aparato genital y otras varias funciones importantes del organismo del hombre

La testosterona se produce a partir del colesterol de las células de Leydig, bajo la influencia de
la LH. Las enzimas mitocondriales escinden la cadena lateral del colesterol en dichas células
para formar pregnenolona. Otras enzimas contribuyen al desarrollo de una serie de pasos
biosintéticos para transformar la pregnenolona en la definitiva testosterona: pregnenolona,
progesterona, dihidroepiandrostediona, androstediol y, finalmente, testosterona.
El testículo del hombre adulto produce, aproximadamente, de 5 a 7 mg de testosterona al día.
La secreción de testosterona se ajusta a un ritmo circadiano, con mínimos a última hora de la
tarde y máximos al final de la noche y primeras horas de la mañana. Las variaciones pueden
llegar a tener una amplitud del 36%. Esto explica la importancia de realizar la determinación
analítica de esta hormona a primera hora de la mañana

En el genero masculino, el 90% de la testosterona circulante es segregada por las células de Leydig
del testículo y el 5-10% restante por las glándulas suprarrenales. Pero los esteroides adrenales
contribuyen muy poco a la función testicular.
La testosterona es una hormona lipofílica, por lo que, en sangre, el 98% se transporta unida a
proteínas, y sólo el 2% de forma libre, que es la porción biológicamente activa.
Una proporción importante de la testosterona circulante, aproximadamente el 60%, va ligada
firmemente, con alta afinidad, a la globulina transportadora de hormonas sexuales (SHBG),
producida, mayoritariamente, por el hígado. La otra porción, estimada en el 38%, lo hace unida
laxamente a la albúmina. Esta baja afinidad permite que la testosterona se libere fácilmente en
los capilares para pasar al interior de las células de los órganos diana.
De ahí surgió el concepto de «testosterona biodisponible»,la que origina mayor acción
hormonal, y que está constituida por la suma de la porción de la testosterona libre más la unida
a la albúmina.

La testosterona libre se difunde pasivamente sobre las células diana donde puede ser
metabolizada a otro andrógeno de mayor actividad, la 5α-dihidrotestosterona (5α-DHT)
mediante la 5α-reductasa, y a 17β-estradiol por la acción de la aromatasa
Existen dos isoenzimas de 5α-reductasa, la tipo I (se encuentra en la piel y en el hígado) y la
tipo II (se encuentra en la próstata, glándula suprarrenal, vesícula seminal, piel genital, folículo
piloso y corteza cerebral).
Aproximadamente, el 80% de la DHT circulante es producida por la conversión periférica de
testosterona, y el 20% es secretada directamente por los testículos.
Tanto la testosterona como la DHT se fijan al mismo receptor androgénico y sus efectos se
complementan entre sí. Pero la DHT posee una mayor afinidad por el receptor, unas seis a diez
veces más. Luego, la DHT es un andrógeno más potente que la testosterona.

A nivel sexual ejerce un papel fundamental sobre el desarrollo y el mantenimiento de los
caracteres sexuales y sobre el desarrollo y el funcionamiento de las glándulas sexuales
masculinas.
Como hormona del deseo, se sabe que los andrógenos actúan sobre el sistema nervioso
central (SNC), estimulando y manteniendo el deseo, la motivación sexual.
Pero para mantener el deseo erótico se precisa poca dosis de testosterona, pues influyen
muchos otros factores.
Parece que la testosterona es necesaria para el funcionamiento normal del mecanismo de la
eyaculación y el mantenimiento de las erecciones espontáneas.
También se conoce su influencia positiva sobre la respuesta eréctil. La testosterona estimula la
actividad de una enzima, la óxido nítrico sintetasa, que contribuye a mantener los niveles
adecuados de óxido nítrico (ON) en el músculo liso de los cuerpos cavernosos del pene.
Por otra parte, se ha comprobado que favorece la actividad de la fosfodiesterasa tipo 5.
Pero la testosterona y sus metabolitos son bastante más que una hormona sexual, y
desempeñan numerosas acciones fisiológicas importantes en el organismo, resultan
imprescindibles para la salud global del varón.
Los andrógenos desempeñan un importante papel en la activación de la función cognitiva;
aumentan la masa corporal magra; mantienen la masa ósea (el hipogonadismo es una de las
principales causas de la osteoporosis en los hombres); estimulan la eritropoyesis; poseen un
claro efecto sobre los lípidos: mejora la concentración de lipoproteínas de alta densidad (HDL)
y disminuye la concentración de los lípidos de baja densidad, el LDL, Y favorece la salud cardiovascular
esperanza de vida.

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